miércoles, 16 de julio de 2014

MI PUEBLO (PARTE II)

 MI PUEBLO

Por mi cabeza rondan un sin número de interrogantes, por ejemplo me pregunto: ¿Por qué Virú, es una tierra tan rica en cultura, pero pobre en identidad cultural?
Para responder a todos mi monólogos he recurrido, a un paisano mío, Hugo Jahir Sánchez Ruiz, pues mis argumentos van por una misma ruta, pues entiendo que: “… la tristeza invade mi alma y mi corazón se paraliza de estupor, al saber que cada segundo que pasa, un resto arqueológico en mi país está siendo vilmente saqueado y destruyendo sin que nadie puede hacer nada ante la total indiferencia de mis hermanos…”.
La madre tierra llora (la pachamama), sus hijos la están agrediendo, son precisamente algunas de sus hijos los huaqueros, quienes destruyen todo a su paso, destruyendo cerámicas, quemando tejidos, profanando el descanso eterno de las momias, toda una falta de respeto y sensibilidad para con su madre.
Aunque nos duela en lo más profundo… invoco a los corazones virunenses y a la gran energía del universo para que unamos esfuerzos, y por lo menos sepamos y tengamos evidencia que alguna vez, en un lugar de Virú, en el Perú, hubo un gran complejo arqueológico, lleno de recuerdos y esperanzas, sucumbió a la ambición de pocos y a la ambición de muchos.
Así se ve reflejada la falta de identidad de mi pueblo de Virú; sin embargo, abrigo de esperanzas que también se valore por la riqueza de su patrimonio natural como las   elevaciones geográficas que han formado una hermosa y profunda catarata de Condonada, enclavada en la parte más alta y lejana del valle de Virú, cuyas aguas cristalinas son lagrimas eternas de la naturaleza.
Como no sentir orgullo, además, por las playas de Puerto Morín y las Gaviotas, pues sus transparentas y turbulentas aguas, esconden islas atractivas por su flora y fauna marina como es el caso de las Islas Guañape, Isla Chao, de donde se también se observa el gran  panorama llena de las minúsculas e intercambiables lagrimas del desierto que relampaguean con el sol eterno en las dunas Pur-Pur.
Ni que decir de su peculiar gastronomía: la boda, el cebiche de cañan, el dulce de ciruela que al corazón encanta y al paladar sonroja, y la  rica chichata de jora que acompaña en las festividades en homenaje a la Virgen de los Dolores, al Señor de la Sangre, San Isidro Labrador y em cuyas procesiones se acompañadas con contagiosos ritmos de danzas típicas como los Incaicos de Virú, La Diablada, Los Serranitos, David Y Goliat.
¿Qué más podemos pedir?, así es mi Virú señores, por eso estamos en la obligación de preservar nuestro patrimonio, no importa si eres de acá, de allá o de mas allá, lo que importa es que habitas en un pueblo ancestral rico en cultura del cual debemos sentirnos orgullosos, valorar, respetar y conservar lo nuestro. 

AUTOR: HUGO JAHIR SÁNCHEZ RUIZ 

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