Recuerdo muy bien aquel día era muy tarde a eso de las seis de la tarde. Me encontraba en mi chacra al pie del castillo de Tomabal cuando derepente se me ocurre dejar de regar y sentarme un buen rato ya que me sentía tan cansado de tanto trabajar pero que se iba hacer si, no había otra manera de llevar un pan a la boca como decía mi compadre de La Guerra el que no trabaja no come. A un buen rato de haber descansado se me ocurre subir al castillo para desde ahí pueda ver como se regaba la chacra. Cuando ya está por llegar vi a lo lejos el resplandor de una luz de fuego que salía de la punta de la huaca de Don Eloy hoy llamada Santa Clara y se dirigía a la punta de castillo que yo me encontraba era como un rayo de fuego que en menos de un
minuto se apagó ; entonces muy asustado baje del castillo y sin reparar más el lugar ,cogí mi pala y como pude llegué a mi casa , me acosté a dormir muy preocupado de lo que había visto ; la curiosidad me hizo ir a muy tempranas horas a mi compadre de La Guerra para contarle lo sucedido ya que en mi casa nadie me entendía ; así fue .Él como era huaquero de ese entonces me llevó al lugar para reparar lo sucedido y llegando a la punta de la huaca de don Eloy encontramos en la punta una especie de círculo y alrededor como lava de fuego como si algo se hubiese quemado pero al acercarnos a ver salió desde el interior una pequeña piedra que golpeó la frente de mi compadre. Al ver esto me sorprendí mucho pero el más sorprendido fue mi compadre porque asustado me dijo que en esta huaca había un gran tesoro es por eso que brilló aquella luz en señal del gran tesoro que posee esta huaca; apresurados bajamos de la huaca para volver al otro día martes a muy tempranas horas ya que dizque era un día apropiado para encontrar tesoros y limpiar maleficios. Al día siguiente muy temprano nos dirigimos a la
Huaca y al subir nos dimos con la sorpresa que no había ni por aquí ni por allá rastros de lo sucedido, sólo polvo, entonces mi compadre se puso a cavar, y anduvo cavando día tras día pero cansado de no encontrar nada decidió ya no ir. Creo yo que la suerte no era para nosotros ya que habíamos nacido pobres y pobres íbamos a morir.
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